MIGRACION

MIGRACION: LAS DOS CARAS DE LA MONEDA.
Los sueños son proyectos, que en algunos casos se cumplen y los trasladan a su tierra, en otros estos se esfuman y regresan para volver a soñar.
Un sueño truncado
Se conocen historias de migrantes que buscan otros sueños para producir y que algunos alcanzan sus metas o lo siguen intentando, pero, ¿Qué es de los que han vuelto a su patria?, ¿Cuál es su situación ahora? Respuestas que serán dadas por dos personajes con situaciones diferentes como resultado de la migración.
Román Espinoza de 53 años de edad perteneciente a la parroquia de Checa, trabaja de mensajero, en el Instituto Pedagógico Ricardo Márquez Tapia, por cuatro años, en septiembre de 1984 Román decidió migrar a los Estados Unidos, para mejorar el estilo de vida de su familia y porque la mayoría de su parroquia lo hacía.
La pobreza fue la causa principal para la migración, el tener una familia y no contar con vivienda propia, trabajo fijo fueron las razones que motivó al ciudadano a vivir una fuerte experiencia en la trayectoria del cruce “al país de los sueños”.
Experiencia en suelo americano.
“En el viaje existieron problemas grandes, pero buscar y mantener un trabajo es peor. Trabajé en varios lugares, el sueldo fue poco, esto fue solo un tiempo, porque vinieron otras personas y se conformaban hasta con un menor sueldo al que yo ganaba.”
“No pude construir una casa, pero me esforcé para que mis cuatro hijos vayan y se conviertan en residentes. Ellos están bien y tienen todo lo necesario que no lo tuvieron aquí” comentó Espinoza.
Situación actual
Su sueño de regresar a su país nativo, de obtener una propiedad fue truncado por la discriminación y la enfermedad. El rechazo por ser migrante latino, una depresión aguda, por extrañar a su familia lo llevaron de regreso a su patria.
“Llegué peor que cuando me fui, al regresar no tenía trabajo ni familia, me divorcié de mi esposa y mis hijos se quedaron solos allá. Ahora sobrevivo con mi sueldo de mi trabajo, me mantengo estable en mi salud, tratando de seguir en adelante” acotó.
El mensaje de Román Espinoza se dirige a los ciudadanos con sueños que buscan en otra patria hacerlos realidad. Sueños que muchas veces se pierden junto con la familia, la salud y la integridad de la persona. “el dinero exagerado no es la solución, la suerte del individuo le llega aquí o fuera”.


La otra cara de la moneda.
Fácil es contar, difícil de explicar y complicado de entender, es así como se dan las historias de las personas que tienen en mente la idea de viajar al país denominado de los sueños.
René Abad de 37 años, nos cuenta sobre su historia de estar en los Estados Unidos, hombre de grandes sueños y con sus valores claros nos dice que en el 2003, asentó sus pies por primera vez en tierra extranjera.
Abad, llegó allá gracias al pasaporte que le dieron en el Consulado, describiendo que iba a participar de un curso de inglés intensivo, tiempo que era de cuatro meses.
“yo tenía libre solo el fin de semana y aprovechaba para visitar a mi familia, mi horario era muy complicado de 08h00 a 12h30 y de 13h00 a 17h00, luego estudiar en la noche.” La vida en este territorio es muy dura, no es como todos piensan o dicen, “de ir a recoger la plata”, eso no es así, cada centavo que ingresa al bolsillo es un esfuerzo, como una lagrima derramada, un recuerdo perdido o tal vez una sonrisa fingida.
Estados Unidos es para sufrir, pero cuando tienen ideas claras y confían en sus propósitos nada es difícil, lo planeado llega a cumplirse.
Otro tema dentro del sueño americano, es la comida no hay “mamita quien cocine”, el migrante es quien prepara todo, recordando solamente en las palabras de su familia. Para Abad, la comida no fue su sufrimiento porque se adaptó a ella, sino la tristeza por no tener al amor de su vida que ahora es su esposa.
Su propósito a más de conocer el país del norte que todos hablan, fue trabajar para incrementar su dinero y pagar la deuda a su hermano, que hasta ahora lo agradece, por el préstamo hecho.
Abad dice que no hay nada mejor “que mi bello país el Ecuador” que no cambiaría por nada, y nada lo iguala a esta tierra, sea por su gente, su comida, su cultura y por su vida desarrollada aquí. Ahora trabaja en la Universidad de Cuenca, dentro de Facultad de Ingeniería, su función es sacar copias para el alumnado que estudia en ese establecimiento. Abad, se lleva con todos, estudiantes, profesores y personal que trabaja en dicha institución; él piensa en su familia, en su trabajo y en su bella tierra que nunca la volverá a dejar.
Mensaje
Ecuador es unos de los países con mayor diversidad, turismo, gastronomía, historia con una geografía variada y su gente amable, por eso debemos procurar no separarnos de nuestras familias, estar a lado de nuestros hijos y verles crecer como todo una familia, y buscar un trabajo en nuestro propio país para salir adelante. Abad dice, “no he sufrido casi nada, en comparación de mis amigos que realmente se les hizo duro su trabajo, su dinero con sacrificado, y el hospedaje compartido.”
Las personas que se apartan de las familias, es duro, es por eso, que de ambas partes deben luchar y mantenerse en comunicación, valorar cada esfuerzo que su pareja, sus hijos o sus familiares lo hagan, el dinero no es fácil conseguir, siempre viene con sudor y lágrimas.
La perseverancia nos llevará al éxito. ¡Caer está permitido. Levantarse es obligatorio!.
Natividad Cobos